* Muy bajo: ausencia de síntomas de estrés u ocurrencia muy rara que no amerita desarrollar actividades de intervención especificas, salvo acciones o programas de promoción en salud.
* Bajo: es indicativo de baja frecuencia de síntomas de estrés y por tanto escasa afectación del estado general de salud. es pertinente desarrollar acciones o programas de intervención, al fin de mantener la baja frecuencia de síntomas.
* Medio: la presentación de síntomas es iniciativa de una respuesta de estrés moderada. los síntomas más frecuentes y críticos ameritan observación y acciones sistemáticas de intervención para prevenir efectos perjudiciales en la salud. Además, se sugiere identificar los factores de riesgo psicosocial intra y extralaboral que pudieran tener alguna relación con los efectos identificados.
* Alto: la cantidad de síntomas y su frecuencia de presentación es iniciativa de una respuesta de estrés alto. Síntomas más críticos y frecuentes requieren intervención en el marco de un sistema de vigilancia epidemiológica. Además es muy importante identificar los factores de riesgo psicosocial intra y extralaboral que pudieran tener alguna relación con los efectos identificados.
* Muy alto: la cantidad de síntomas y su frecuencia de presentación es indicativa de una respuesta de estrés severa y perjudicial para la salud. Los síntomas más críticos y frecuentes requieren intervención inmediata en el marco de un sistema de vigilancia epidemiológica. Así mismo es, imperativo identificar los factores de riesgo psicosocial intra y extralaboral que pudieran tener relación con los efectos identificados.
*Se identifican en el colaborador los siguientes síntomas que tienen una frecuencia de presentación de algunas veces durante los últimos tres meses:
-A nivel fisiológico. dolores en el cuello y espalda o tensión muscular, problemas gastrointestinales, dolor de cabeza, trastornos del sueño como somnolencia durante el día o desvelo en la noche, cambios en el apetito.
-A nivel de comportamiento Social. No se identificaron síntomas.
-A nivel laboral e intelectual. Sentimiento de frustración, cansancio, tedio o desgano, disminución del rendimiento en el trabajo o poca creatividad, deseo de cambiar de empleo.
-A nivel psicoemocional. Sentimiento de irritabilidad, actitudes y pensamientos negativos, sentimientos de angustia, preocupación o tristeza, medicación para aliviar la tensión y los nervios, comportamientos rígidos, obstinación o terquedad.
*Se recomienda incluir al colaborador en actividades de promoción y prevención para fortalecer las habilidades de afrontamiento frente a situaciones potencialmente estresantes, estas actividades pueden ser:
-Programas de formación para la disminución de respuestas fisiológicas producidas por situaciones estresantes.
-Capacitaciones en asertividad y manejo adecuado de las emociones en diferentes contextos
